Hace unos días, con mucha tristeza y rabia, leí un titular sobre la visita del Papa Francisco a mi amada Medellín. Este es el motivo para escribir este post titulado Medellín, motivos para amar a la ciudad más maravillosa del mundo.
Fue en el diario español El Mundo. El titular rezaba «Francisco, en la patria de los narcos». Al principio no le di más importancia. Pensé «otra barbaridad más de la prensa para llamar la atención».
Han ido pasando los días y veo como la indignación de muchos amigos de mi querida Medellín y de mi querida Colombia va en aumento. Me pongo en su piel, en su mente y en su corazón.
Pensé que tenía que hacer algo. No soy alguien que reaccione ante este tipo de cosas, más bien no pierdo el tiempo en opinar. Pero esta vez el maltrato a aquello que amo ha ido demasiado lejos.
Amo profundamente a Medellín. Quien me conoce lo sabe. Medellin me ha dado, me da y me seguirá dando unas de las experiencias más bonitas de mi vida
Es de bien nacido ser agradecido y os contaré que Medellín es un lugar mágico, maravilloso, espectacular. Como dice mi gente de allá, «el peligro es que te quieras quedar».
Desde que pisé la ciudad por primera vez me sentí en casa, me sentí querido, me sentí enamorado de todo lo que ese espacio de bondad es capaz de ofrecer a quienes la visitan.
Medellín es, además, innovación. La ciudad más innovadora del mundo. Y no es una frase cualquiera. Lo certifica The Wall Street Journal. Puedes comprobarlo aquí.
Pero sobre todo, Medellín es humanidad, calor, color, amistad, estilo de vida, pasión. Cuánto podríamos aprender el resto de ciudadanos del mundo de todo eso. Yo tengo la suerte de hacerlo cada vez que viajo a este lugar que forma parte de mi corazón.
Me siento uno más y por ello me duele que se trate de esta manera a mi Medellín. Todos los lugares tienen un pasado, todos los lugares tienen cosas que olvidar. Creo que mi país, España, también.
Les pido que no hagan caso a estos titulares, son simplemente intentos de llamar la atención periodística. Quédense con lo que ustedes son en verdad, que es mucho.
Seguramente quien escribió ese titular no estuvo nunca en su vida en Medellín, estoy seguro. De lo contrario, es imposible escribir sobre ella y no amarla, quererla, sentirla y, como yo hago siempre, llevar con orgullo los colores de la tricolor allá por donde voy.
No hago esto para quedar bien. Mi pasión por la ciudad, como dije antes, viene desde que la pisé por vez primera, cosa que ya he dejado patente en otros post de este blog de hace ya algún tiempo y que les invito a leer:
Marcas que marcan: mi inolvidable experiencia en Medellín
Ejemplo de sentido de pertenencia: Medellín
Ese momento inolvidable de mi vida en Medellín
Queridos amigos paisas, reciban mi más absoluto respeto, cariño y amistad.
Ojalá esté siempre a vuestra altura para ser considerado por vosotros como un hijo más de la ciudad de la eterna primavera y que estos motivos para amar a la ciudad más maravillosa del mundo ayuden a posicionarla donde merece.
Photo credit: ADP