La práctica de prostituir a las niñas y usarlas como un negocio lucrativo, para obtener dólares es en Venezuela, una práctica brutal denunciada en el reciente informe de la ONU, según el ente, este negocio que se basa en explotación sexual, tráfico y secuestro de menores, con fines sexuales, sólo es condenado si hay pruebas judiciales.
En el arco minero del Orinoco hay testimonios que dan cuenta de la barbaridad contra menores, que ponían a trabajar de madrugada de forma clandestina, sobre todo niñas de entre once y catorce años.
Cuatro casos emblemáticos ha denunciado la Misión de la ONU, el de dos niñas indígenas, en La Piragua, municipio Angostura del estado Bolívar, una adolescente de 16 años, que practicó la prostitución en la frontera con Santa Elena de Guairen, zona donde incluso se rifaban virginidades, a precios muy altos y el cuarto caso es el de una joven de clase media, contactada vía Facebook, a la que ofrecieron un trabajo de cocinera en las minas y el proceso fue prostituirla de manera forzada, la Misión considera que amparándose en el derecho internacional considera que el consentimiento carece de validez si se trata de niños, niñas y adolescentes, menores de 18 años, en situación de explotación y abuso, independientemente de la edad de consentimiento