La devaluación de las monedas en América Latina ante las históricas alzas del precio del dólar tienen con preocupación a los gobiernos y mercados en el mundo.
El sector energético europeo está en aprietos y, para no ir muy lejos, Argentina y Chile se encuentran entre los países de América Latina con la moneda que más se ha desvalorizado este año.
Expertos coinciden en que esta crisis se debe a una serie de situaciones a nivel internacional. Entre estas, se destacan la guerra entre Rusia y Ucrania, las nuevas restricciones en China por contagios de coronavirus y, por supuesto, las medidas adoptadas por el Banco Central de EE. UU. para frenar la inflación en ese país.
“Los mercados financieros a nivel internacional están preocupados por la posibilidad de una crisis económica a nivel global, lo que significa que la producción de bienes y servicios en todo el mundo podría estar afectada, en particular, porque en las grandes zonas de producción Estados Unidos, Europa y China se habla de una eventual recesión”, explicó a EL TIEMPO José Ignacio López, economista y director de investigaciones económicas de Corficolombiana.
Ahora bien, en el caso de Colombia, a pesar de la inflación, la economía ha alcanzado un ritmo del 12% anual, según el Indicador de Seguimiento de la Economía del mes de abril, calculado por el Dane.
En ese sentido, López sostiene que en Colombia, al menos por ahora, “no hay perspectivas de que entremos en una crisis económica”.
Las crisis económicas se pueden entender como “un periodo extendido de recesión y mal crecimiento de las economías, donde los indicadores económicos están en rojo”, de acuerdo con Andrés Moreno Jaramillo, economista de la Universidad del Rosario y asesor financiero.
Este colpaso, según el experto, se genera por alta inflación o desempleo, la poca creación de compañías, desabastecimiento de productos y falta de consumo, inversión y ahorro.
“Las personas cuando están en un país en crisis, sufren, mueren, tienen hambre, no tienen cómo crecer y cómo progresar, pues no hay el consumo ni la inversión adecuada”, concluyó.
Sin embargo, de acuerdo con el profesional, el mundo no está atravesando por una crisis económica, al menos por ahora, pero tampoco es certero que ocurra, aunque justamente esa expectativa de no saber qué va a pasar está teniendo un fuerte impacto en el mercado internacional.
Para Guillermo Valencia, analista y fundador de Macrowise, el escenario actual no es una crisis económica como la que se vivió en 2008. Para él, es un periodo de volatilidad por un mundo polarizado.
“Una crisis global es que todo cae, no hay escampadero, por decirlo de alguna manera. Lo que sucede hoy son fluctuaciones”, señaló Valencia.
Y añadió que: “En lugar de pensar en crisis, hay que pensar que estamos en un mundo donde hay cosas escasas: la energía es escasa, la moneda de reserva es escasa, la tecnología es escasa, porque estamos en una competencia geopolítica. Lo que vamos a ver son fluctuaciones fuertes, pero no es una gran depresión ni nada de ese tipo”.
La situación de incertidumbre actual, por ende, se debe a una alza importante de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos para contrarrestar los datos de inflación.
Dicha incertidumbre de pasar de una crisis inflacionaria a una catástrofe económica mundial es lo que hace que los agentes del mercado se cuiden en salud y busquen refugiarse en activos que les den cierta protección, es decir, el dólar.
“Por eso hemos visto, en las últimas semanas, una búsqueda en muchos países de dólares, es decir, los agentes están comprando dólares, una moneda que históricamente ha servido como protección en caso de que haya una crisis global”, destacó López, el profesional de Corficolombiana.