“Colombianos miran a Miami mientras la elección de Petro genera temores de fuga de capitales”, señaló el diario Financial Times recientemente. En foros de redes sociales y grupos de amigo muchos hacen las mismas preguntas. ¿Cuánto vale comprar en Miami?, ¿cómo se hace?, ¿se declaran impuestos en Estados Unidos?, ¿da una mejor visa?
Tener casa en Miami, históricamente, ha sido considerado un símbolo de estatus y un privilegio para pocos. Pero últimamente el mercado se ha ampliado y muchos colombianos con ahorros, que ven que el dólar puede dispararse aún más, ven en eso una posibilidad de inversión con rentabilidad.
En esos mismos foros aparecen testimonios de quienes lo han hecho. Y ahora, gracias a tener una casa cerca de Mickey Mouse, reciben dinero en dólares, por cuenta de los arriendos que giran inmobiliarias o AirBnb. ¿Es cierta esa promesa?
SEMANA habló con expertos.
Lo primero que resaltan quienes hacen la intermediación para estas propiedades es la facilidad. La cercanía (tan solo tres horas en avión), la disponibilidad de vuelos, una cultura prácticamente latina, pero con el orden y las ventajas de un país desarrollado, es lo que hacen tan atractivo este mercado para los colombianos.
A eso se suman factores como el acceso a crédito hipotecario con entidades financieras estadounidenses, que se han especializado en prestarles a extranjeros y que, pese a que les cobran un poco más que a sus nacionales, prestan mucho más barato que en Colombia: se pueden conseguir tasas entre 5 y 7 por ciento, mientras que acá están entre 10 y 11 por ciento.
Esa situación convirtió a los colombianos en protagonistas del mercado inmobiliario en Florida. Según la Miami Association of Realtors, la colombiana fue la segunda nacionalidad extranjera que más compró propiedades inmobiliarias en el sur de Florida en 2021. El primer lugar fue para los argentinos, que adquirieron 13 por ciento de los inmuebles vendidos el año pasado; los colombianos respondieron por el 12 por ciento y los venezolanos, por el 10 por ciento.
Ese buen dinamismo de compra de vivienda –que también se ha dado dentro del país con varios récords recientes de unidades vendidas– se ha mantenido este año. Y a eso se sumó otra particularidad: desde marzo de 2022, los colombianos son también los extranjeros que más muestran interés en comprar en Florida.
Al menos así lo evidencian las cifras hasta mayo de la Miami Association of Realtors, gremio que señala que, tras la pandemia, aumentó el interés de muchos estadounidenses por vivir en Florida y a ellos se han sumado extranjeros que no quieren residir en ambientes políticos inestables, cada vez más frecuentes en diferentes países.
“Los cambios de gobierno, como el reciente de Colombia, a menudo han llevado a una mayor inversión en Miami, ya que los compradores globales buscan poner su dinero en lugares seguros, con historia de valorización. Eso es lo que ha mostrado el sector inmobiliario de Miami, con más de diez años consecutivos de apreciación de sus precios”, aseveró en un comunicado el presidente de la junta directiva del gremio inmobiliario, Fernando Arencibia Jr.
Colombia representó el 12,34 por ciento de todas las búsquedas internacionales en miamirealtors.com en mayo de 2022, un aumento del 11,76 por ciento frente a las búsquedas de abril y una cifra considerable si se tiene en cuenta que en ese portal buscan vivienda personas de más 160 países cada mes.
¿Fuga de capitales?
El mayor interés de los colombianos por comprar en Estados Unidos fue reseñado recientemente por el Financial Times. La publicación aseguró que el aumento de las consultas de los colombianos, especialmente tras el triunfo de Gustavo Petro como nuevo presidente del país, sugiere que no solo estarían considerando invertir su dinero en Estados Unidos, sino mudarse allá.
El diario destaca que Miami ha sido durante mucho tiempo un refugio para los latinoamericanos que “huyen de los disturbios, la persecución o la volatilidad económica de su región”, lo cual se refleja en el hecho de que 70 por ciento de los habitantes del condado de Miami Dade es hispano.
Floralba Núñez, corredora de bienes raíces internacional (realtor) con más de 15 años de experiencia en el mercado de Florida, confirmó el creciente interés de los colombianos. Dice que, en promedio, los interesados (porque la compra es un proceso que toma tiempo) son personas entre 32 y 40 años, que buscan un mejor futuro para sus hijos pequeños y, además, son herederos o tienen ideas para generar ingresos en Estados Unidos. Otros de mayor edad lo hacen para dejarles una herencia a sus hijos o para que ellos sean los que viajen en caso de necesidad y los padres se quedan en Colombia.
“Casi todos están buscando un plan B, tener una alternativa para salir del país si llega a ser necesario. No significa que se quieran ir ya”, precisa.
Édgar Pulido, director internacional de las oficinas en Colombia de la firma norteamericana Latam en USA, igualmente reafirma el interés de los colombianos por la finca raíz estadounidense, en especial como una estrategia de diversificación, aplicando la máxima de no tener “todos los huevos en una misma canasta”.
No obstante, advirtió que el valor de la vivienda en Estados Unidos ha subido 25 por ciento en el último año, lo que ha llevado a varios expertos a hablar de burbuja inmobiliaria. En consecuencia, no recomienda inmuebles en Miami o Florida por su alto valor, sino regiones emergentes, como Baltimore, Virginia, Filadelfia o Detroit, donde se pueden comprar viviendas de 80.000 dólares, mientras que el promedio en Miami es de 350.000.
Esto, claro, visto más como una inversión que como una residencia, pues muchos agentes de finca raíz también ayudan en la consecución de los inquilinos y en los trámites para los pagos de impuestos en Estados Unidos.
Núñez acepta que el mercado de Florida está caro, pero dice que, a diferencia de otros estados, no está amenazado por una recesión. “La Florida es un estado privilegiado, pues están llegando grandes capitales domésticos, en especial de California y Nueva York, así como del exterior. Están invirtiendo en Miami por su sistema impositivo, mientras que en otras regiones se pagan impuestos federales, estatales y de cada ciudad; en Miami solo se paga el federal”, explica.
Pese al interés de los colombianos por la finca raíz en el exterior, vale la pena recordar que aún sigue siendo limitado el grupo que tiene acceso a este tipo de inversiones. Las cifras del Dane indican que hasta el año pasado solo el 1,8 por ciento de la población era considerado de clase alta, lo que equivale a 921.000 personas.
Asimismo, Luis Carlos Reyes, director designado de la Dian en el gobierno entrante, dijo en Vicky en Semana que, si bien los colombianos son libres de invertir en el exterior, no les recomienda hacerlo en Miami, una ciudad que está amenazada con quedar bajo el agua a causa del cambio climático.
Otras opciones
Como muchos colombianos no tienen los recursos suficientes para adquirir vivienda en el exterior o no podrían irse a ese país porque allí no tendrían cómo generar ingresos, aparecen otras alternativas para diversificar sus inversiones.
Una de ellas es la compra de franquicias que ya operan en el mercado estadounidense. Esto puede costar entre 160.000 y 370.000 dólares, caso en el que, además, se puede adquirir visa de inversión. Un ejemplo de esto es el Grupo Fígaro, una cadena de barberías y salones de belleza, que comenzó en Colombia y ya tiene licencia para operar en Estados Unidos, país en donde está creciendo con el sistema de franquicias.
También está el caso de la fintech Milo, especializada en ofrecer hipotecas para los extranjeros que quieran comprar en Estados Unidos. Su oferta es que el interesado primero cotiza con ellos y con eso sabe cuánto dinero le pueden prestar. Con ese dato puede hacer una mejor búsqueda del inmueble que se ajusta a sus necesidades. En promedio, financian el 70 por ciento del valor de la vivienda y, en efecto, están viendo el mayor interés de los colombianos.
Por ahora, muchos compatriotas están evaluando Miami para invertir o para vivir. Falta ver qué tanto de esos proyectos se vuelven realidad.
FUENTE: SEMANA